jueves, 3 de mayo de 2007

El valor de la memoria - CARTA AL MERCURIO


Señor Director:

Un sencillo párrafo escrito por doña Ángela Jeria, madre de la Presidenta de la República, sintetiza el dilema de recordar y trasunta el valor de la memoria.

"Durante 33 años guardé las cartas que Alberto escribió mientras estuvo detenido, las atesoré conmigo, ocultándolas mientras él permaneció vivo; cuando me plantearon la posibilidad de publicarlas, lo dudé. No estaba convencida porque sentía que era algo muy privado, muy mío y de mi familia. Pero me decidí al releerlas tal vez con una mirada más amplia. No fue fácil hacerlo, porque su lectura me retrotraía a un período muy duro y amargo de nuestras vidas, período que muchas veces desearía no recordar, pero también me pareció importante que otras personas conocieran en su total dimensión, y a través de él mismo, quién fue realmente el general Alberto Bachelet".

En nuestro caso, la tradición judía nos enseña a recordar (zachor) y no olvidar (lo tishkach). Es precisamente por ello que todos los años en esta fecha conmemoramos Yom HaShoah, el día de recordación del Holocausto.

Para el pueblo judío y en especial para los sobrevivientes del Holocausto, la tarea de recordar ciertamente tampoco es fácil. Año tras año, hacemos un esfuerzo para retrotraer nuestra memoria a un período amargo y trágico de la historia del pueblo judío y de toda la humanidad. Posiblemente muchas veces titubeamos o dudamos, pero en definitiva seguimos adelante y recordamos. Recordamos a los 6 millones de mártires judíos -incluidos un millón y medio de niños- exterminados en el Holocausto. Recordamos a los millones de no judíos -polacos, rusos, rumanos y de otras nacionalidades-, a los discapacitados, opositores políticos del régimen nazi, homosexuales y gitanos asesinados. Recordamos también las vidas vibrantes de los mártires judíos exterminados en el Holocausto; la vida de aquellos comerciantes, obreros, artistas, científicos, escritores, filósofos, profesores, alumnos, profesionales; la vida de padres de familia, hijos, cónyuges, abuelos, truncadas por la maquinaria asesina del régimen nazi. Recordamos también a los supervivientes. A aquellos que frustraron heroicamente las maquinaciones de sus opresores, llevando al mundo y al pueblo judío un mensaje de esperanza. Uno de ellos, Livio Librescu, profesor de la Universidad Virginia Tech, murió precisamente como un héroe, intentando salvar a sus alumnos en la loca matanza del campus universitario.Este mandato de recordar y alzar nuestras voces para decir año a año nunca más cobra además hoy especial significación, cuando, al amparo de países como Irán, resurgen voces y movimientos que pretenden poner en duda la existencia del Holocausto y llamar al exterminio de otros pueblos.El pueblo judío no vive de sus recuerdos; su foco está en el presente y sobre todo mira hacia el futuro. Pero también entendemos que quien sepulta la memoria se vuelve frágil y vulnerable a repetir los errores del pasado.

De allí el valor del recuerdo que trasuntan las cartas del general Bachelet y la importancia de nuestro compromiso, con cada una de las víctimas del Holocausto judío, de resguardar nuestra memoria.

GABRIEL ZALIASNIK
Presidente Comunidad Judía de Chile

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