viernes, 3 de octubre de 2008

EDITORIAL HOJA INFORMATIVA Nº 97

Hace más de un siglo que estamos viviendo el mundo al revés. En nuestro querido CHILE esto se hace cada vez más manifiesto. Los delincuentes se pasean muy orondos por donde se les frunza... aquello, mientras los ciudadanos honrados vivimos enrejados y casi todos tenemos nuestro propio toque de queda para poder darnos el actual lujo de seguir viviendo. Se vota por los mejores servidores públicos para que ejerzan el poder con criterio, honestidad, eficiencia y sacrificio a fin de conseguir el bien común, y la triste realidad es tan conocida que da lástima comentarla. Los escándalos y latrocinios demomarxistas se suceden uno a otro en una espiral monstruosa mientras los shilenitos contemplan boquiabiertos (su estado natural), como desaparecen sus tributos. En Hoja anterior comentamos la situación de Codelco y un programa del Canal 11 Cubavisión nos mostró que habíamos quedado muy cortos en nuestra visión pues la realidad es digna de una novela de terror. Ya no hay que hablar de robos sino de megarrobos. Jueces indignos de sus cargos (renuncian 48 horas antes de cumplir 75 años para cobrar cerca de 100 millones que no merecen), aplican una seudojusticia marxistoide torciendo la nariz a la ley todo cuanto sea necesario para liberar de culpas y tapar de indemnizaciones a traidores y vendepatrias, a la vez que encierran por largos años y obligan a pagar millones a nobles uniformados que nos liberaron de la dictadura marxista que había destruido la convivencia hace 35 años. Finalmente mueren altos cabecillas del partido comunacho y las honras y homenajes llegan al tropicalismo cebollento típico de paisitos quintomundistas, al tiempo que las muestras de alegría que debían desbordar ante ambas felices desapariciones, absurdamente las protagonizan miserables esperpentos humanoides en calles y poblaciones cuando la Patria pierde al más insigne de sus Presidentes. El mundo al revés.
La lista recién comienza pero mejor nos detendremos en la guinda de la torta, el Translagos. Nuevo sistema de transporte público que iba a solucionar todos nuestros problemas y llevarnos al paraíso, terminando con las tan horrendas micros amarillas, sus carreras suicidas, sus asaltos, sus choferes patibularios, sus pannes, su inseguridad, sus desperfectos mecánicos, y entre otras yerbas con su costo cero para el estado. Esto último no lo habían ofrecido pero resultó ser lo único que realmente eliminaron.
No nos interesa insistir en la menudencia que ya todos escuchamos, vemos y leemos en todos los medios todos los días. Eso no sirve. Lo que nos interesa destacar es que pasados casi dos años la oposición se atreve recién a pedir que se termine de una vez el suplicio y se busque un nuevo sistema ya que este no tiene arreglo. También un personero derechista en una entrevista televisiva no hace mucho puso el dedo en la llaga. La falla inicial estaba en los contratos y no en todos los detalles operativos que se pretendía corregir a como diera lugar.
Avispados y despiertos funcionarios de gobierno, asesorados por sus respectivos expertos y técnicos democratruchos, firmaron un contrato leonino con un reducido piño de sociedades microbuseras, casi todas extranjeras, para entregarles la exclusividad del negocio, a cambio de cumplir presuntamente con una serie de compromisos que velaran por el bienestar de la masa transportada. En otras palabras el gobierno, supuestamente Chileno, les quitaba su medio de vida a miles de pequeños empresarios locales y a quienes con todas sus familias de ellos dependían, para entregar autoritariamente el paquete a estos megaempresarios extraños. Acotemos de paso que ser empresario implica correr riesgos para obtener una ganancia económica, detalle muy importante. El negocio del Translagos casi no tiene riesgos pues el mercado está más que cautivo, el pago es en efectivo e inmediato, y funciona todos los días. Pero por algún más que jugoso y generoso motivo estos brillantes cerebros democratosos en lugar de negociar sabiendo que tenían la sartén por el mango, prefirieron hacerlo como mendigos, o sea dando todas las ventajas y prebendas a los beneficiados con el negocito.
Todo lo que ha sufrido el pueblo santiaguino se debe a que el Contubernio se ha desvivido por cumplir con todos los pagos, indemnizaciones y garantías a las que tan inteligentemente se obligó mientras que se ha autoanulado por completo para exigir los pocos compromisos contraídos por sus socios sinvergüenzas; si exigiera todo lo que debe exigir no haría falta conseguir financiamiento alguno. El batracio acepta que es responsable del diseño pero no de la implementación, lo cual es parcialmente cierto; dice que ésta fue iniciada antes de tiempo pero calla que fue para evitar así pagar una segunda indemnización multimillonaria a causa de una segunda postergación. No sólo se firmaron contratos en los que se indemnizaba a los sinvergüenzas por ese motivo sino más encima se les aseguraba ingresos mínimos. Este es el gran secreto de los pagos mensuales de 40 ó 50 millones de dólares. El gobierno firmó tamaño despropósito y debe cumplir, pero no hace cumplir los demás puntos que obligan a los sinvergüenzas, como ser la cantidad de buses en circulación, infraestructura adecuada especialmente para los choferes, calidad de las máquinas y pronta solución de problemas en ruta. Al no cumplir con estas obligaciones éstos no sólo ahorran esos costos sino que disminuyen sus ingresos por lo que se aseguran de hacerse acreedores al subsidio pactado con el desgobierno demomarxista. Esta es la oveja*.
Lo más increíble, mas innegable, es que la masa seguirá creyendo en el mismo sistema fracasado a ultranza que los condenó a Translagos y un día; más encima seguirá votando por los mismos sinvergüenzas. ¿Y usted?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Significa que ustedes no apelan el sufragio, sería esa una manera eficaz de combatir este $istema podrido ??

Sería válido entonces, no tener que inscribirse para votar ??