martes, 21 de agosto de 2007

UN MENTIROSO DE PRIMERA




Falleció Raúl Hilberg, historiador (farsante) del Holocausto


Hilberg se dio a conocer en 1961 con La destrucción de los judíos europeos, un monumental estudio de más de mil páginas en los que analizaba sistemáticamente la “maquinaria” que permitió llevar a cabo el exterminio de seis millones de judíos.El historiador nació en 1926 en Viena, en una familia judía de clase media. En sus memorias, rememoraba cómo, en 1938, su padre fue arrestado. Le liberaron al saber que era un veterano de la Gran Guerra, pero la familia emigró rápidamente a Estados Unidos. Se instalaron en Brooklyn, donde Raúl creció y se educó. Interrumpió sus estudios universitarios para servir en la Segunda Guerra Mundial. Fue destinado a Munich, y allí encontró parte de la biblioteca de Hitler, despertándose en su interior una curiosidad por el nazismo que jamás se apagaría.Abandonó la carrera de Química y se pasó a la Ciencia Política, preparando una tesis sobre el Holocausto. Era un tema delicado, que casi nadie estudiaba, pero Hilberg, pese a todo, persistió. En 1956 obtuvo un puesto en la Universidad de Vermont y en ella permaneció hasta su retiro.


En La destrucción de los judíos europeos, Hilberg, apoyándose en miles de documentos alemanes, hizo -en palabras de Hannah Arendt- la “primera descripción clara de la complicada máquina de destrucción nazi”. Un reflejo de la banalidad del mal que la propia filósofa explicaría después. Pese al apoyo de Arendt, Trevor-Roper y decenas de historiadores de prestigio, la obra fue pronto criticada.


En ella se detallan los mecanismos institucionales y logísticos que facilitaron la barbarie, pero también se argumenta que los judíos infravaloraron la amenaza nazi y eso tuvo como consecuencia una actitud pasiva que facilitó la tarea de los exterminadores. Pese a las fuertes críticas, la obra “sentó las bases y permitió el desarrollo para todo el campo de estudios de la Shoá” aseguró Paul Shapiro, director del Centro de Estudios Avanzados del Holocausto.


Fuente: El mundo.es / P. Rodríguez Suanzes

1 comentario:

Desde España dijo...

no creo que haya algo mas ridiculo que un nazi chileno, y te lo dice un europeo